O de porqué la opción pragmática es la de Martín Torrijos.
Vamos a pensar por un momento que Panamá es un adicto a las drogas.
Y que la droga es la corrupción.
En que estado se encuentra el paciente?
Bueno, el paciente tiene una seria adicción a las drogas fuertes, el paciente ya está consumiendo fentanilo y si no lo salvamos, pues puede quedar como un zombie vagando por las calles. Asi como pasa en Estados Unidos.
Entonces, cual es el tratamiento que debemos seguir? Pues el paciente debe dejar de consumir drogas.
Dentro de la oferta electoral en este momento le estan ofreciendo de todo al paciente, más fentanilo ,mezclado con heroina y piedra, le están ofreciendo metanfetaminas azules como la de Walter White, y hay una opción que ofrece detener el consumo de inmediato. A lo Nancy Reagan. Just say no.
Si hacemos esto, el paciente se muere.
Hay un método: Al paciente hay que darle otra droga.
Ya no será ninguna droga fuerte, será Metadona. Una droga que se va regulando poco a poco hasta que el paciente en algún momento necesita menos drogas, y en el mejor de los casos ya no necesita drogas.
A mi me parece que la Metadona que le podemos dar a este país, es la propuesta de Martín Erasto. Sabemos que habrá favores que pagar , compromisos que cumplir y uno que otro negocio que hacer. Pero probablemente la intensidad de la corrupción sea menor. (Dum spiro spero)
Probablemente aceptar que tenemos un gran problema que es parte de nuestra identidad nacional sea el primer paso para empezar a cambiar como sociedad y empezar a alejarnos de la dependiencia de la corrupción.
Por lo que la mejor propuesta en este momento es la de alguien que ya conoce el barrio, sabe donde están los dealers, sabe qué esquina es segura y cuál no. Sabe transar. (Hay que saber transar con los sindicatos y los maestros, es mejor poner un chacal allí, los chacales se entienden).
Y que Dios nos agarre confesados.